Una duda que ataca a todo emprendedor es la razón fiscal de su negocio. Me he tenido que poner manos a la obra para buscar la teoría en internet, siempre contando con la buena compañía de expertos en el sector. De todo ello la conclusión ha sido que lo mejor es ser autónomo al principio para más adelante convertirme en SLU (Sociedad Limitada Unipersonal). Las dos formas contemplan a un solo emprendedor como socio pero las diferencias fiscales son notables cuanto mayor sea la diferencia entre beneficios. Dando una cifra por alto y generalista, mientras se obtengan unos ingresos netos (ganancia tras deducir gastos e impuestos) inferiores a 40.000€ lo mejor es ser autónomo.
La búsqueda ha sido fructífera y he encontrado opiniones para todos los gustos pero la conclusión se refleja por si misma en la siguiente infografía. La estructura, parte de la información y la tabla de ingresos son autoría de crearmiempresa.es.
Sobre el Emprendedor de Responsabilidad Limitada hablaré en entradas posteriores.